Aguaviva
08/11/2013
Mucho
se ha hablado y escrito estos días de la visita a nuestra comarca
del presidente de la CHE, Xavier de Pedro, para tratar la cuestión
en torno al embalse del Bergantes, y creemos que en algunas ocasiones
se ha hecho de manera muy desacertada.
En
primer lugar, ni la plataforma “El Bergantes no se toca” ni los
vecinos a los que representa estamos en contra de mejorar la
seguridad del embalse de Calanda ni la de los pueblos aguas abajo.
Todo lo contrario. Desde el comienzo de nuestra actividad hemos hecho
énfasis en nuestra preocupación por esa situación y hemos ofrecido
nuestra colaboración para trabajar en mejorarla. Es indudable que si
hay un problema en la cuenca se ha de actuar, y además hacerlo con
celeridad y diligencia. Eso sí, entendemos que estamos a tiempo de
evitar un error, de impedir que vuelva a ocurrir lo mismo que pasó
años atrás con la presa de Calanda, la construcción de la cual se
reveló sólo unos años más tarde como un total desatino por la
tipología escogida. Se debe actuar contemplando todas las
posibilidades y alternativas, y no en base a una decisión
premeditada.
El
mensaje tendencioso de la CHE hablando de víctimas mortales es
parcial y sesgado, desvirtúa la realidad y no ayuda a clarificar la
realidad del problema. La política de grandes presas ha creado una
falsa sensación de seguridad aguas abajo de estas infraestructuras
que ha llevado a invadir el espacio propio de los ríos, en este caso
el del Guadalope. Entre todos debemos velar por la preservación del
régimen natural de los ríos que, como el Bergantes, continúan sin
regular, y no seguir con esta vetusta idea que acabará por convertir
los ríos en canales, totalmente carentes de ecosistemas fluviales.
Las Directivas Europeas precisamente abogan por esas actuaciones,
centradas en la prevención, protección y preparación de las
avenidas y en la recuperación de llanuras aluviales. En definitiva
medidas que trabajen con la naturaleza y no contra ella.
Seguimos
insistiendo en que hay un proyecto que solucionaría la falta de
seguridad de la presa de Calanda, como así lo reconoció la CHE la
semana pasada. El nuevo aliviadero de la presa de Calanda es un
proyecto redactado, real, y es una cuestión de voluntad política,
no técnica, que salga adelante. Esta actuación, complementada con
otras medidas no estructurales en la cuenca Bergantes – Guadalope
solucionaría también las posibles afecciones aguas abajo, y en
lugar de suponer un impacto al medio natural, supondrían una notable
mejora. De ello depende también el desarrollo sostenible a largo
plazo de nuestra comarca.
¿Por
qué no se le explica a la ciudadanía de Alcañiz esta supuesta
situación de riesgo y sí se hace a los empresarios? ¿Son un sector
representativo de la mayoría de la sociedad bajoaragonesa? ¿O es
por otros posibles intereses detrás del proyecto? Si hay un peligro
para la población debería ser explicado a todos los agentes
sociales sin distinción, ¿o no interesa que se sepa que hay muchos
de ellos en contra de esta actuación? ¿Por qué los regantes se
pronuncian a favor si en el seno de este colectivo nunca se ha
debatido el posicionamiento en cuanto al tema? ¿Por qué no se habla
con la misma intensidad de las voces discordantes que hubo en la cita
con los alcaldes de la zona? Reiteramos que es tarea de los medios
reflejar de una manera elocuente la realidad y se debiera evitar
transmitir un mensaje a nuestro juicio excesivamente interesado.
Además,
queremos hacer una reflexión abierta. Si el
promedio de vida útil de una presa es 55-60 años debido a la
erosión mecánica de
materiales, la reducción de la capacidad de almacenamiento por la
acumulación
de limo en la parte inferior y otros problemas técnicos, ¿es la
construcción de una presa la mejor actuación posible para paliar
los efectos de una avenida de retorno 10.000 años?
Estamos
ante la ocasión de salvaguardar un río, el Bergantes, y de
recuperar otro, el Guadalope. Aprovechemos esta oportunidad para que,
dentro de unos años, no volvamos a lamentarnos del error cometido.
En los medios: