En
Aguaviva lo tenemos claro, el Bergantes no se toca. Y creemos que
tenemos razones de sobra para realizar esta rotunda afirmación.
Porque
es un desastre medioambiental.
Considerando
la extensión del impacto sobre la gran variedad de vegetación
natural y la riqueza de los hábitats catalogados de interés
comunitario y de conservación prioritaria en el ámbito de los
espacios Red Natura 2000 del LIC de Río Bergantes, y teniendo en
cuenta además la irreversibilidad e irrecuperabilidad a medio y
largo plazo de la mayor parte de los efectos negativos, estimamos que
la ejecución del embalse de Aguaviva generaría un impacto sobre la
vegetación y los hábitats catalogados que alcanzaría una magnitud
crítica e irreversible.
Porque
es un desastre ecónomico.
La construcción de la presa conllevaría la expropiación de varias
explotaciones agropecuarias básicas y multitud de hectáreas de
doble uso, para cultivos y para el vertido de los residuos ganaderos,
además de varias empresas de extracción de áridos, que en conjunto
suman una importante cantidad de puestos de trabajo en el medio
rural, básicos para el sustento económico de una población como
Aguaviva. Por otro lado esta presa tendría un efecto muy negativo
sobre las casas de turismo rural y el resto de establecimientos
del sector servicios existentes en la localidad, puesto que el río,
la vegetación de sus orillas,
la calidad de sus aguas,
y el paisaje
son unos
de los principales alicientes para las personas que acuden a
ocuparlas a lo largo de todo el año.
Porque
es un desastre social.
El
río Bergantes es un símbolo identificador de la localidad de
Aguaviva para sus gentes y para sus visitantes desde tiempos
ancestrales; el nombre de “Aguaviva” tiene su origen en sus
aguas; el daño que la construcción de la Presa del Bergantes
causaría al río, al paisaje, al entorno y a su población sería
irreversible. Para los aguavivanos el Bergantes no es sólo un río,
en parte de nuestra vida. Son multitud de recuerdos, de vivencias, de
experiencias, es casi un modo de vida. No se entiende el Bergantes
sin Aguaviva, ni Aguaviva sin el Bergantes. Si a un pueblo le
reducimos su capacidad económica, le destruimos su entorno más
preciado y su propia identidad, ¿Qué le queda? Simplemente la
desaparición.
Porque
hay alternativas.
Todas ellas más sostenibles medioambientalmente e, incluso,
económicamente
1.
Que se ejecute el proyecto de nuevo aliviadero de la presa de Calanda
recogido en el Plan
Hidrológico
de la Demarcación
del Ebro.
Si el problema reside en la seguridad de esta presa se deben tomar
medidas, actuar en ella y no eludir responsabilidades alejando el
foco de la cuestión.
2.
Que se ejecute el proyecto del recrecimiento de Santolea, puesto que
según este proyecto se cubrirían
con él todas las demandas
hidráulicas aguas abajo y se evitaría tener el pantano de Calanda
al 100%, el cual podría asumir las posibles avenidas del río
Bergantes.
3.
Que se cumpla el Plan Hidrológico del Ebro 2010-2015 en cuanto a la
gestión de avenidas, el cual dice que frente a las defensas
estructurales, se debe primar los mecanismos de gestión, basados en
información y predicción como el sistema automático de información
hidrológica (SAIH) o el sistema de ayuda a la detección (SAD), tal
y como se venía haciendo hasta ahora.
4.
Que se proyecten balsas laterales aguas arriba. Las poblaciones de la
comarca de Els Ports, ya en la Comunitat Valenciana, llevan años
reclamando balsas para riego. Si éstas se proyectaran y ejecutaran,
las avenidas del río Bergantes a la altura de Aguaviva y en su
confluencia con el Guadalope serían muchos menores y además se
mejoraría la producción del sector primario en esa zona.
Grupo
de acción “El Bergantes no se toca”