jueves, 20 de junio de 2013

Tribuna de opinión, en LaComarca 18 de junio

En Aguaviva lo tenemos claro, el Bergantes no se toca. Y creemos que tenemos razones de sobra para realizar esta rotunda afirmación.

Porque es un desastre medioambiental. Considerando la extensión del impacto sobre la gran variedad de vegetación natural y la riqueza de los hábitats catalogados de interés comunitario y de conservación prioritaria en el ámbito de los espacios Red Natura 2000 del LIC de Río Bergantes, y teniendo en cuenta además la irreversibilidad e irrecuperabilidad a medio y largo plazo de la mayor parte de los efectos negativos, estimamos que la ejecución del embalse de Aguaviva generaría un impacto sobre la vegetación y los hábitats catalogados que alcanzaría una magnitud crítica e irreversible.

Porque es un desastre ecónomico. La construcción de la presa conllevaría la expropiación de varias explotaciones agropecuarias básicas y multitud de hectáreas de doble uso, para cultivos y para el vertido de los residuos ganaderos, además de varias empresas de extracción de áridos, que en conjunto suman una importante cantidad de puestos de trabajo en el medio rural, básicos para el sustento económico de una población como Aguaviva. Por otro lado esta presa tendría un efecto muy negativo sobre las casas de turismo rural y el resto de establecimientos del sector servicios existentes en la localidad, puesto que el río, la vegetación de sus orillas, la calidad de sus aguas, y el paisaje son unos de los principales alicientes para las personas que acuden a ocuparlas a lo largo de todo el año.

Porque es un desastre social. El río Bergantes es un símbolo identificador de la localidad de Aguaviva para sus gentes y para sus visitantes desde tiempos ancestrales; el nombre de “Aguaviva” tiene su origen en sus aguas; el daño que la construcción de la Presa del Bergantes causaría al río, al paisaje, al entorno y a su población sería irreversible. Para los aguavivanos el Bergantes no es sólo un río, en parte de nuestra vida. Son multitud de recuerdos, de vivencias, de experiencias, es casi un modo de vida. No se entiende el Bergantes sin Aguaviva, ni Aguaviva sin el Bergantes. Si a un pueblo le reducimos su capacidad económica, le destruimos su entorno más preciado y su propia identidad, ¿Qué le queda? Simplemente la desaparición.

Porque hay alternativas. Todas ellas más sostenibles medioambientalmente e, incluso, económicamente
1. Que se ejecute el proyecto de nuevo aliviadero de la presa de Calanda recogido en el Plan Hidrológico de la Demarcación del Ebro. Si el problema reside en la seguridad de esta presa se deben tomar medidas, actuar en ella y no eludir responsabilidades alejando el foco de la cuestión.

2. Que se ejecute el proyecto del recrecimiento de Santolea, puesto que según este proyecto se cubrirían con él todas las demandas hidráulicas aguas abajo y se evitaría tener el pantano de Calanda al 100%, el cual podría asumir las posibles avenidas del río Bergantes.

3. Que se cumpla el Plan Hidrológico del Ebro 2010-2015 en cuanto a la gestión de avenidas, el cual dice que frente a las defensas estructurales, se debe primar los mecanismos de gestión, basados en información y predicción como el sistema automático de información hidrológica (SAIH) o el sistema de ayuda a la detección (SAD), tal y como se venía haciendo hasta ahora.

4. Que se proyecten balsas laterales aguas arriba. Las poblaciones de la comarca de Els Ports, ya en la Comunitat Valenciana, llevan años reclamando balsas para riego. Si éstas se proyectaran y ejecutaran, las avenidas del río Bergantes a la altura de Aguaviva y en su confluencia con el Guadalope serían muchos menores y además se mejoraría la producción del sector primario en esa zona.


Grupo de acción “El Bergantes no se toca”