LA INVIABILIDAD DEL RECRECIMIENTO DE SANTOLEA | La necesidad de autocrítica, responsabilidades y cambio de estrategia
Comunicado de la Fundación Nueva Cultura del Agua sobre el frustrado recrecimiento de Santolea y su relación con el proyecto del embalse de Aguaviva:
Zaragoza, 23/12/2014.- Recientemente el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente ha anunciado la elaboración de un estudio de alternativas al proyecto de recrecimiento de Santolea argumentando problemas técnicos con la ubicación de la presa pese a que la Evaluación de Impacto Ambiental del proyecto fue positiva. Hasta la fecha han sido invertido miles de millones en un proyecto que en la actualidad está siendo cuestionado sin ninguna autocrítica, asunción de responsabilidades y cambio de estrategia por parte de la Administración.
El 3/2/2003, la Secretaría General de Medio Ambiente emitía una Evaluación de Impacto Ambiental positiva para el proyecto de Recrecimiento de Santolea, precisando que “La Inspección de Presas de la Dirección General de Obras Hidráulicas y Calidad de las Aguas estima que, por las condiciones de seguridad existentes en este proyecto, la probabilidad de ocurrencia de efectos accidentales no es significativa…”
El 2/6/2006, el Secretario General para el Territorio y la Biodiversidad aprueba el Estudio de Viabilidad del Recrecimiento elaborado por Aguas de la Cuenca del Ebro S.A. (ACESA)
El 10/7/2006, el Consejo de Administración de ACESA, aprobó la licitación de obras del recrecimiento de Santolea, previendo comenzar las obras en 2007.
En enero del 2007, ACESA adjudicó la obra del Recrecimiento por 30,8 M€, con un plazo de ejecución de 54 meses, previendo el fin de obras para 2011.
A pesar de lo certificado por la Inspección de Presas de la Dirección General de Obras Hidráulicas, una vez empezadas las obras, un estudio geológico detectó serios problemas para la presa de cola si no se reforzaba la cimentación proyectada. Por ello, en diciembre de 2009, la sociedad estatal Aguas de la Cuenca del Ebro (AcuaEbro), redactó un nuevo proyecto de recrecimiento, tras el visto bueno del Ministerio (MARM), incrementando el presupuesto a 36,9 M€.
En junio del 2010, tras 20 meses de parón por estos problemas y una vez reiniciadas las obras, el Presidente de la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) anunció que estarían terminadas en 2013. Por entonces se habían consignado ya 5 M€ en la construcción de la Presa del Puente, en cola de Santolea, cuyo objetivo central no era otro que regular los caudales del Guadalope para poder acometer las obras del Recrecimiento propiamente dichas.
En diciembre del 2012 el Presidente de la CHE prometió que el recrecimiento propiamente dicho se empezaría a principios del 2013, “descartando la construcción de otra presa en otra ubicación”.
Sin embargo, en noviembre del 2014, la Ministra manifestó que "se están estudiando otras ubicaciones para la presa", al parecer porque han surgido problemas técnicos en la ladera izquierda de la presa que, aunque “no afecta a la presa actual … en un recrecimiento futuro sí que podría tener consecuencias…”. En efecto, un estudio de Aguas de la Cuenca de España (ACUAES) identifica varias fracturas y un deslizamiento en la ladera izquierda, a lo largo de 500 metros aguas arriba desde el embalse. Resulta difícil explicar cómo no se detectó antes un problema de tal envergadura.
Recientemente el Ministerio ha anunciado un estudio de alternativas al frustrado recrecimiento, sobre la base de nuevos posibles embalses sobre el Guadalope, aguas arriba del lugar donde estaba proyectado el recrecimiento.
ANTE ESTOS HECHOS HABRÁ QUE PREGUNTARSE:
¿Cómo pueden aparecer tan graves problemas geológicos, primero en la presa de cola, y luego en el propio recrecimiento, siendo que se habían aprobado dos proyectos sucesivos, con todo tipo de informes técnicos que los avalaban?
Si como parece ser, se habían detectado estos problemas hace algún tiempo ¿cómo se explica el secretismo y la opacidad con la que se ha seguido trabajando, al tiempo que se lanzaba el conflictivo proyecto de la presa de Aguaviva, estrechamente vinculado con el proyectado recrecimiento de Santolea?
¿Cuánto dinero público se ha invertido en este proyecto a lo largo de más de una década, de forma inútil, en proyectos, estudios, tramitaciones y obras, como las de la presa del Puente, cuyo objetivo principal era permitir hacer ese recrecimiento que finalmente no se hará?
¿Dónde residen las responsabilidades de estos fiascos que conllevan, más allá de graves riesgos para la seguridad de las obras que se aprobaron, importantes gastos e inversiones inútiles de dinero público?
En la medida que no se esclarezcan los fallos ni se depuren las correspondientes responsabilidades, ¿quién garantiza que no se repetirán errores similares en el futuro? Ante riesgos geotécnicos tan graves como los que cuestionan la fiabilidad y viabilidad del proyectado Recrecimiento de Yesa ¿qué fiabilidad técnica puede concederse a las mismas instituciones que certificaron la viabilidad del frustrado recrecimiento de Santolea y que siguen sin aclarar responsabilidades ni asumir autocrítica alguna?
RESPECTO A LOS PROBLEMAS DE RIESGOS POR CRECIDAS EN EL GUADALOPE
La inviabilidad del recrecimiento de Santolea refuerza la necesidad de cambiar la estrategia en lo que se refiere a los problemas de seguridad de la presa de Calanda. La estrategia de construir la presa de Aguaviva sobre el Bergantes, se basaba en contar con que ese recrecimiento de Santolea dejaría una capacidad para laminar avenidas de 80 hm3. Es decir, se apostaba por no tocar la pieza vulnerable, la presa de Calanda, y asegurar la laminación de crecidas, aguas arriba, sobre el Guadalope (recrecimiento de Santolea) y sobre el Bergantes (presa de Aguaviva).
Una vez frustrado el proyecto que estaba en construcción, el Ministerio, como si no hubiera pasado nada, anuncia que prepara un nuevo proyecto basado en construir otra presa: o bien recreciendo la presa del Puente, en cola del actual embalse; o bien en el cañón que hay 1500 metros aguas arriba de la actual presa de Santolea.
Desde la Fundación Nueva Cultura del Agua hemos venido defendiendo la necesidad de cambiar la estrategia vigente para centrar los esfuerzos en resolver la vulnerabilidad de Calanda, redimensionando sus aliviaderos e incluso recreciendo la propia presa. La inviabilidad del recrecimiento de Santolea añade hoy otro argumento a los que se han venido presentando: el fuerte encarecimiento que supondrá construir otra nueva presa con una capacidad equivalente a la proyectada con el recrecimiento de Santolea. Capacidad que, al igual que en el proyecto frustrado, quedará en gran medida hipotecada, hasta en 80 hm3, por la reserva para prevenir posibles crecidas que pondrían en peligro la presa de Calanda, mientras no se resuelva su vulnerabilidad.
Pedro Arrojo: “Sacrifican la regulación de la cuenca por tener una pieza endeble”
Pedro Arrojo: “Sacrifican la regulación de la cuenca por tener una pieza endeble”